Pero "gracias" a esto crecí mucho, remé hacia adentro y busqué en la
profundidad de mi ser: quien soy, qué vine a hacer, por qué el cuerpo se enferma?
Esta pausa, gracias al apoyo total de mi pareja, me permitió seguir estudiando y
aprendiendo la humildad: mi cuerpo también podía lesionarse aunque lo cuidara.
Ahora tengo más empatía aún, y más comprensión por la historia de cada uno.
Entiendo y respeto que cada persona está en su momento de aprendizaje.
Creo que somos una unidad: físico, mente, emociones y espíritu no pueden separarse.
Cuando un área se bloquea, la máquina se desequilibra. Aunque me apasionan todos
las áreas del ser, decidí ayudar desde el cuerpo FÍSICO.
Habitamos un cuerpo maravilloso y poderoso, que nos puede dar mucho placer o mucho sufrimiento.
Tenemos enorme influencia y es nuestra decisión y responsabilidad cuidarlo!
Disfruto de vivir en mi cuerpo.
Aunque a veces duela o esté cansado,
es el único vehículo hasta el final y hay que cuidarlo.
Según lo tratemos nuestra vida será de una u otra manera.